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Las dos cosas. No hay otra.
Comenzamos hace ya tiempo, cuando se declaró la pandemia y el estado de alarma en España. Montones de artistas o personas vinculadas con las artes de escena, comenzamos a compartir contenidos grabados, en las redes sociales. En todo el mundo. En mi caso, los cuentos que ya tenía en un canal de youtube que normalmente está cerrado , lo uso…lo usaba… para mostrar cuando me lo pedían porque la cuentería, la narración oral, siempre ha necesitado de la otra o el otro, para poder contar una historia. La narración oral es un proceso que se completa con la mirada de otra persona, con ese oído dispuesto para escucharnos y vernos¡ y participar de ese contar de viva voz,  a veces mirándonos gesticular y ver a otra persona traducir la historia a lengua de signos, otras sintiendo las vibraciones de nuestra voz o escuchando sus inflexiones.Al igual que el teatro, es un acontecimiento de convivio. «No se va al teatro a estar solo» dice Jorge Dubatti, pedagogo y filósofo del teatro, y como parte de las artes escénicas, la cuentería participa de esta condición.
Sin embargo ¿cómo convocar el convivio en medio de una pandemia, cuando las condiciones sociales de salubridad exigen el aislamiento?  Imposible. Pero era y es necesario ahora más que nunca: hace falta el colectivo, la sociedad toda, para apoyar la construcción de la resiliencia, aunque el colectivo se represente con una sola persona.
Entonces nos lanzamos a las redes, para seguir buscando esa mirada, aunque en muchos casos no la viéramos, también hubo quien convocó sesiones en directo (y se sigue haciendo), en streaming para pocas personas, en ese caso tenía asegurada la «devolución», al menos por «interpósita «pantalla.. Lo mismo ha ocurrido con funciones de teatro especialmente creadas para esta época (caso de La Abadía o la Sala Cuarta de los Teatros del Canal). Una época en la que no podemos trabajar en nuestros medios naturales: teatros, bibliotecas, centros culturales, escuelas, …serán los últimos en abrir, nos decíamos,o, en el mejor de los casos, es incierto cuando ocurrirá. Hay que esperar.
Y mientras tanto…qué. Hay opiniones encontradas: «teatro enlatado», «narración enlatada»… probablemente sí, en todo caso diferente, otra cosa.  Pero como artistas luchamos por encontrar esa mirada que nos alimenta: es nuestra resistencia como colectivo, resistencia emocional, porque necesitamos hacerlo para seguir siendo y porque queremos aportar lo que sabemos aun cuando estamos rotos porque somos parte de las cifras de parad@s , en diferentes grados, pero lo somos. Y también por eso somos parte de esta sociedad herida de muerte que necesita de la acción de todos sus ciudadan@s de una u otra manera, para seguir adelante en un mundo en el que nada volverá a ser igual, nosotr@s , artistas de convivio…¿ponemos «pausa»?
Bueno, para muchas y muchos, será tiempo de incubar, leer, dibujar, caminar, de mirar el cielo raso e imaginar. Porque buena parte de nuestra actividad es esa.  Artistas de proceso que somos, un proceso que culmina en el encuentro inmaterial e irrepetible pero que se va gestando mucho antes, con trabajo e ilusión.
Las personas de MANO, la Asociación de Narrador@s Orales de Madrid, a la que pertenezco, convocaron una acción colectiva para el 20 de Marzo, que es el día de la narración oral: video-cuentos a montones en la web y también: cuentos por teléfono.
El 27 de marzo, el Día internacional del teatro. La Unión de Actrices y Actores de Madrid. a la que también pertenezco, pidió que grabáramos leyendo o interpretando un monólogo cortito, una pieza pequeña para celebrar desde «el sofá»de cada un@, pero junt@s.
Y así, pasito a pasito…van apareciendo formas nuevas (no del todo, pero nuevas, en una situación que no tiene precedente en nuestras vidas).

Cuentos para acompañarnos
Esto es lo que ahora hacemos en MANO, por iniciativa y con la coordinación de Elia Tralará y Mar del Rey,  montamos esta acción colectiva e individual; con la colaboración de ONG`s  que conocíamos, como Solidarios para el desarrollo, Cruz Roja, Ikal… luego se fueron sumando otras que nos llamaban para incluir más personas, como Amics de la Gente Grand; contactamos con personas en situación vulnerable, gente sin hogar, personas mayores que viven solas, o las que se quieran apuntar en algunos casos sin ONG detrás. Somos alrededor de treinta narrador@s. L@s llamamos por teléfono y hacemos eso: Cuentos por teléfono, como el maestro Gianni Rodari nos enseñó. Las llamadas conectan a dos personas y la magia sucede en el aire, en el cable, dos voces que se van conociendo y en muchos casos ya no se sabe quien cuenta a quien. El encuentro se produce. Uno sui generis, como aquel de los cuentos de Rodari : el señor Varis, que era viajante de comercio y llamaba a su hija cada noche a las 9 desde dónde estuviera, para contarle un cuento.
Estas hermosuras tiene el oficio.Nos alimentamos mutuamente, nos acompañamos. El hecho artístico ya no es probablemente lo más importante en estas llamadas, pero es lo que posibilita el encuentro, aunque no sea físico; un encuentro se hace posible gracias a nuestro oficio.
Ponemos pausa, pero seguimos.

Mar Amado
Concha Real
Simone Negrín

Elia Tralará
Mar Del Rey



Cristina Mirinda

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