Es así. Como ese trabajo constante de las hormigas, ese ir y venir, cargando palabras, removiendo miradas, almacenando suspiros y rabia, empujando perplejidades. Así es la lucha contra la violencia de género y más a través de la palabra. Permanente, en todos los frentes. Hace pocas semanas un artículo en El País , escrito por Ignacio Bosque, académico de la lengua, trajo a colación las dificultades, los hartazgos, lo , de alguna manera, "discutible" de los manuales de lenguaje no sexista. El académico cuestiona la fiabilidad de estos manuales que no han contado en casi ningún caso con el apoyo de un lingüista para su…
Mar Amado15 de abril de 2012