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Hace dos días bailaba salsa en mi terraza, tengo ese privilegio: una terraza desde donde aplaudir y desde donde mirar a la calle cuando no llueve …y bailar: una de las cosas que más me gusta hacer en la vida. Sin embargo me ocurrió de pronto que se me atravesó «¿cuándo volveremos a reunirnos aquí o en cualquier parte ,a bailar ?¿será que no va a ocurrir?¿cuándo?» Me pudo la tristeza y me apagué como una bailarina de cajita a la que se le acabó la cuerda. Ya no bailaba. Daba vueltas a la terraza como un ratón de laboratorio…fuera , totalmente fuera…del presente. Tardé unos minutos en sentir la música que me reclamaba en ese presente en ese segundo. Como decía mi papá «me eché el alma a la espalda» y ella me lo agradeció, se dejó bailar. Bajó al cuerpo y al presente, unas baldosas rojizas, unas plantas ya que «están que se florecen» con la primavera y un ritmazo de esos que a lxs salserxs nos mueven las caderas sin darnos ni cuenta, a la hora en que el cielo de Madrid se pone a presumir de colores y nos regala atardeceres de escándalo. Y me encendí. Comencé, otra vez, a volar. Aqui y ahora. Es lo que tenemos que hacer. Crear presentes hermosos.
#fluyendo #SiNoSePuedeBailarNoEsMiRevolución #YoMeQuedoEnCasa #AbrazarElInstante #BenditaMúsica
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